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| Pazzini en su presentación con el Milan |
El partido comenzó trabado, con un Milan que quería llevar la iniciativa pero que no se acercaba con peligro a la portería de Agliardi. En el minuto quince el encuentro se le puso de cara al conjunto rossonero gracias a un penalti sobre Pazzini que él mismo transformó. El gol encajado hizo despertar al Bologna que tomó el mando del partido y dispuso de varias ocasiones consecutivas para empatar el partido. Todo el fútbol del equipo local salía de las botas de su capitán ante un Milan que con la ley del mínimo esfuerzo iba por delante en el marcador.
Los último cinco minutos de la primera parte iban a ser fatales para el Milan, Montolivo que era el único capaz de dar algo de sentido al juego se retiraba lesionado y lo sustituyó De Jong que debutaba en Italia. Nada más realizarse el cambio las ganas y la ambición del Bologna tuvieron premio y Nocerino derribaba a Diamanti dentro del área. El capitán no falló y se llegó al descanso con un 1-1 mucho más justo.
En la reanudación el equipo de Allegri salió a por la victoria con más ímpetu, Antonini era más profundo por banda izquierda y Boateng tenía más presencia en ataque. Con media hora por delante debutó Bojan para darle al equipo más movilidad y mordiente a la delantera pero sin nadie que enlazara el centro del campo con la pareja atacante resultaba muy complicado. Sin embargo a falta de trece minutos para el final, Pazzini aprovechó un regalo del portero Agliardi para poner en ventaja al Milan. Unos minutos más tarde, tras un mal rechace de la defensa, el delantero italiano lograba un hattrick desviando de tacón un tiro desde la frontal que ponía el 1-3 final y sentenciaba al Bologna.
El Milan logró una importante victoria en su segundo partido de liga tras aprovechar dos errores defensivos en el tramo final del encuentro que condenaron a un buen Bologna.
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